miércoles, 21 de marzo de 2012

Auto examen de mamas.

Las mujeres deben tener el hábito de autoexaminarse por lo menos una vez al mes. Para esto levantan un brazo y se examinan la mama con la otra mano. Una buena oportunidad es efectuarlo en la ducha o al acostarse. Si están acostumbradas a este procedimiento, notarán precozmente una lesión nueva.

Antes de la menstruación, y durante los primeros días de ella, es frecuente que se palpen nódulos en mayor cantidad, los que pueden ser sensibles. Debido a esto, convendría que el examen se efectuara una a dos semanas después.

Si se palpa un nódulo, se debe precisar su ubicación, tamaño, forma, consistencia, bordes, desplazamiento respecto a los planos profundos, compromiso de la piel, sensibilidad.

La ubicación se expresa según los cuadrantes, la distancia respecto al pezón y la hora según la esfera de un reloj. El tamaño se expresa en centímetros. La forma podrá ser redonda, alargada, estrellada, etc. La consistencia puede ser blanda, elástica, fluctuante, dura. Los bordes pueden estar bien definidos o ser difíciles de precisar. Si existen adherencias con estructuras vecinas, puede ser difícil desplazar la lesión respecto a los planos profundos. Un aspecto especial que ocasionalmente se ve en cánceres que comprometen la piel es la presencia de "hoyitos" que dan un aspecto de "piel de naranja" (edema secundario a obstrucción linfática). Algunos nódulos son sensibles a la palpación.

Por el pezón pueden salir distintos líquidos en forma espontánea o exprimiendo la glándula o el pezón mismo. Estos líquidos pueden tener un aspecto lechoso o ser de otro tipo (seroso, hemático o purulento), según la causa que los produzca. En el embarazo, la lactancia, trastornos endocrinológicos o por efecto de medicamentos puede salir una descarga lechosa. La salida de un material serohemático puede deberse, especialmente en una mujer mayor, a un papiloma intraductal. Para identificar a cuál conducto corresponde, se presiona la aréola en forma radial y se ve por qué conducto sale el líquido.

Entre las lesiones palpables destacan los nódulos de una enfermedad fibroquística. También lesiones de bordes nítidos que corresponden a fibroadenomas y que son más frecuentes en mujeres jóvenes. Un cáncer de mamas se palpa como un nódulo duro, de bordes poco precisos, y puede estar fijo a la piel o a los planos profundos, pero en realidad, puede palparse como cualquier otro nódulo.

Ante la duda de la naturaleza de una lesión, conviene efectuar una mamografía. El rendimiento de este examen disminuye en mamas muy fibrosas. Tampoco logra diferenciar entre un nódulo sólido y un quiste, por lo que frecuentemente se complementa con una ecotomografía.

La palpación de las axilas tiene especial importancia por la posibilidad de encontrar ganglios comprometidos. Separando el brazo del costado del tórax, el examinador palpa la axila con sus cuatro dedos presionando contra la pared torácica. Con su mano derecha palpa la axila izquierda, y con la mano izquierda palpa la axila derecha.

El desarrollo de las mamas en el hombre, más allá de lo normal, se llama ginecomastia. Es frecuente de observar en algunos jóvenes en la edad de la pubertad. En los adultos se observa ocasionalmente por trastornos hormonales, por la ingesta de algunos medicamentos, o en enfermedades como la cirrosis hepática. Los hombres también pueden tener un cáncer de mamas, aunque es poco frecuente.






Tomado de: 


No hay comentarios:

Publicar un comentario